El cobre tiene una excelente conductividad eléctrica, lo que lo convierte en un buen material para cables eléctricos. Sin embargo, el cobre también es susceptible a la corrosión y puede dañarse fácilmente por factores ambientales como la humedad o la oxidación. El revestimiento de níquel del cable de cobre proporciona una barrera protectora para ayudar a prevenir la corrosión, lo que lo hace adecuado para su uso en entornos hostiles o aplicaciones al aire libre.
Además de proporcionar resistencia a la corrosión, el niquelado también aumenta la durabilidad de los cables al hacerlos más resistentes al desgaste. El recubrimiento de níquel ayuda a proteger los cables de daños físicos como abrasión, dobleces y cortes, que pueden comprometer el rendimiento eléctrico y la seguridad del cable.
El alambre de cobre niquelado también proporciona un mejor rendimiento eléctrico porque reduce el efecto superficial, que es la tendencia de la corriente eléctrica a fluir principalmente a través de la superficie del alambre en lugar de a través del centro del alambre. Al reducir el efecto piel, el niquelado aumenta la resistencia del cable a la corriente eléctrica y ayuda a mantener su conductividad.
El alambre de cobre niquelado se usa comúnmente en una variedad de aplicaciones que requieren alta conductividad, durabilidad y resistencia a la corrosión, como en las industrias electrónica, aeroespacial, automotriz y de telecomunicaciones.